sábado, 29 de octubre de 2011

Corto, quemo, rompo


Corta las venas el tallo, la sangre,
La piel angustiada.
Ruge y se eriza hasta la cien.
Mientras se estruja el estomago,
Hasta más no poder.
Limpio el cuchillo buscando la calma,
Lo rozo entre mis brazos calculando
La marca.
Lo imprimo en mi piel,
Lo degusto en todo mi ser.

Metalizado y ardiente,
Quisiera atravesarlo en infinitos lados.
Aniquilo el sendero,
Corto el deseo, la locura,
Lo insano que mi mente desee envolver.

Ni lerda ni perezosa,
Mis ojos de asesina,
Enloquecen al ver florecer
El color que ahuyenta la fe.
Me desvelo, me emociono
Y pienso,…
Quiero volverlo a hacer.

domingo, 23 de octubre de 2011

Una vez más.


Una vez más reviento mi cabeza
con pensamientos errantes de un instante.
Una vez más tengo que enterrar todos
estos sentimientos,
porque hubo un error,
porque no nos pusimos de acuerdo,
porque no nos entendimos.
Una vez más tengo levantar mi bandera blanca,
clavarla cruzada en el medio de mi corazón
y teñirla de rojo mientras junto los restos,
para quedarme con la absurda convicción,
de guardarme solo los momentos buenos.
Una vez más tanto sentimiento...
Tanto sentimiento... Tanto... Pero tanto...
Depositado en un desierto junto a una botella vacía.

lunes, 17 de octubre de 2011

Ser o no ser

Quisiera cortarme las venas,
dejarlo todo correr.
Jugar otra vez con los demonios,
 para luego dejarlos ir.
Recordar los infiernos que viví,
despertar y no volver a pisar
esa piedra que torció mi tobillo,
dejándome sentada en el pozo,
donde río de mi suerte
y lloro un niño ese futuro que pronto llegará.

martes, 11 de octubre de 2011

Mi Jardín

Que haré con todo este patio sembrado de flores?
Mi destino las ha alejado de la lluvia.
Tendré que enterrarlas, declararlas muertas,
antes de que muestren su flor.
Y les sonrío, con el llanto enredado en la garganta,
mientras al lado cabo un pozo,
donde calculo el espacio para todas.
A cada una le dí un nombre,
una mirada, una caricia
una ilusión, un detalle,
una palabra de amor.
Pronto quedará sumergido
en un recuerdo, hasta quizás ajeno.
No las desenterraré, porque nunca las vi
florecer.
Y me quedaré con el sabor amargo
de nunca haberlas visto en su mayor
esplendor.