jueves, 24 de febrero de 2011

Sacrilegio

La inocencia se muere,
La matan.
Olvidamos a veces
Que no somos niños,
Que no se puede
Confiar.
Que en este juego no
Sirve entregarse sin dudar.

Se quiebra el alma.
Y quedamos parados
Con tantos caminos para
Escoger e inmovilizados
Sin pestañar, ni respirar,
Sin poder elegir donde estar.

Y en ese segundo piensas todo,
Recuerdas todo,
Golpea de todo con todo
Y pides al sol, a la vida, a cualquier dios
Que acabe pronto.

Somos tan insignificantes
Al lado del que no siente el daño.
Mas allá de que me sacrifique,
No lo reconocerá.
Podemos morir intentándolo
Una y otra vez,
Pero no lo hará.

Están ciegos, no sienten,
No piensan,
Solo absorben la inocencia,
La pisotean, la escupen,
Se dan vuelta y
Se ríen por detrás

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