Un corazón roto puede ser el resultado inesperado
De un corte abrupto, sorpresivo,
A razón de acompañarse a un sentimiento prolongado,
O en algunos casos a segundos fugaces,
Donde se encuentran colapsados por algo parecido a un hechizo
Que no pueden manejar.
Se miran constantemente,
Se buscan en el tiempo,
Se acercan como inmantados,
Para tomarse de las manos,
Acariciarse, rozarse.
Cualquier excusa es buena para poder tocar al otro.
Les es necesario estar cerca.
Pero a veces es solo eso y nada más!
Una palabra que los delate
Puede poner al otro en defensiva
Y automáticamente su escudo del
“no quiero sufrir” sale a la luz.
Las condiciones sociales, sus creencias,
Su pasado, su carácter, su realidad,
Son algunas de las cosas
Que los hace alejarse.
Pero el miedo…
Ése es el que toma la delantera
Y se esconde bajo las tristes sábanas repetidas,
Inertes, aburridas.
Miedo a no ser compatibles,
A perder el tiempo, a sufrir,
A no confiar, no creer, no sentir…
Hoy en este mundo priorizado por el miedo,
Perdemos miles de oportunidades,
De conocer gente, de expresarse,
Descubrir nuevos caminos...
De vivir…
Entonces importa realmente un corazón herido,
Si es a causa de amar?
Cualquiera sea el caso,
La vida es una sola y hay que celebrarla.
Suelta tus escudos, baja las barreras del ego…
Siente… Ama… Vive…
Porque esta vida no tiene repeticiones.