jueves, 9 de enero de 2014

Solo me confieso

Sobre rayas escribo mi propaganda, me declaro impune a tus miedos, alejándome de tus fobias.
Asiento con la cabeza tu locura y así como lo hago, me dispongo a contar de uno hasta mil, hasta que finalices tu relato.
No soy perfecta, nunca busqué serlo, admito mis errores, me hago cargo de mi cólera y por momentos, razono mis palabras, aunque sólo después de vomitarlas.
No busco culpables, me conformo porque el daño ya está hecho y en la justicia todos mienten.
Si señalo con el dedo es porque estoy enojada y en minutos veo que mi grito en ellos, solo es una difonía para sordos.
No comparto la leche de mi desayuno, salvo cuando veo en ella que el día me tendrá con un sabor amargo.
No miento cuando me duelen las cosas, solo cuando del otro lado su certificado dice: "mitomano profesional recibido".
Le escapo a los dramas afectivos, son tradicionales y largos, que apenas si llego a escucharlos, mi mente se fue a otro lado.
No creo en los llantos forzados, porque el que llora con ganas, siempre se esconde para que no lo vean.
Nunca me gustaron los bandos, así como fácil se dan la mano, te la quitan si es conveniente.
Me castigo cuando no cumplo mis propios requisitos, me aborrece la flojera, aunque algunos piensen lo contrario.
Soy de las que van de frente, simplemente porque no me gusta andar inventando historias.
Siempre doy tres oportunidades, aunque desde la primera ya me pareces sólo un punto blanco.
Todo lo que veo es oro a mi alrededor.
Y oro será para mi, hasta que él mismo decida mancharse, rayarse, degradarse y/o mezclarse con la plata.

No hay comentarios:

Publicar un comentario