Se siembra bajo la sombra,
Un manto lleno de silencio.
De que vale el tiempo en agonía?
Esos ojos que ya no ven,
Esa boca que ya no habla.
Injusticias hay miles,
Pero de la muerte, nadie se escapa.
Ya no se como más hacer
Para juntar los restos de mi pena.
Es el tiempo que quiero que corra
Y se detenga.
Es la espera desgarrante de un llamado telefónico.
Es pensar una y otra vez como debería
Reaccionar cuando suceda.
Aún así lloro y me digo a mi misma,
Que no estoy preparada para ésta muerte.
Son meses, años de lucha y dolor.
Te veo y me veo en el reflejo del tiempo,
En todo lo que compartimos
Y todo lo que aprendí.
Más aún así no me llena.
Dentro de poco el cuerpo
Solo será un envase vacío
Y el alma, vaya a saber que rumbos ha de tomar.
Sólo siento, de una manera egoísta,
Que no estoy preparada para ésta ausencia.
Se que no somos eternos.
Pero la muerte siempre estuvo rodeándome,
Riéndose de mi… burlándose…
Y hoy, en este presente,
Se está llevando todo.
No hay palabras, no hay consuelo,
No hay abrazos, ni besos suficientes
Para que me brinden un poco de paz.
Tantas cosas pasando alrededor mío y yo tan vacía.
Haga lo que haga, diga lo que diga,
Estamos a contra reloj
Y no quiero tener que llegar a esa despedida.
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