Se enfrentaba ante uno de los varios
miedos más grandes que coleccionaba.
Tenía que subir 87 pisos en un ascensor.
De un lado ese camino y del otro el
Demonio, con sus garras afiladas,
Saboreando su espera.
No lo dudó... cerró sus ojos, entró en esa lata
De 4 paredes de apenas un metro veinte
Y marcó con sus dedos temblorosos
El botón número 87.
Prácticamente la cima pensó, intentando
Imaginar el tiempo que demoraría
Subir por primera vez tantos pisos.
Su máximo era de 100.
Y decía "bueno ya estoy en él,
ahora es momento de intentar respirar" mientras
miraba agitada como pasaba piso tras piso.
Una vez arriba y después de varios minutos de
Nervios y espera, apenas se abrieron las
puertas, se sintió totalmente desvalida.
Aquel demonio la esperaba arriba.
Y mientas él se comportaba como un amigo
o quizás como alguien sin malas intenciones
le dijo: "Basta de vueltas!!! Llevo años
intentando que caigas indefensa.
Es momento de que te dejes llevar porque si
no es hoy, será en algún otro momento".
Había una cama. Él esperando del lado izquierdo.
Ella con lágrimas de impotencia se aproximó a ella,
Levantó las sábanas irónicamente blancas,
Se acostó del lado derecho,
Dándole la espalda para no verlo,
Con toda la sensación de náuseas y ese
Vomito que empujaba por salir;
Mientras él alucinado posa su garra,
Tomandola por el hombro para darla vuelta.
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