Quisiera cortarme las venas,
dejarlo todo correr.
Jugar otra vez con los demonios,
para luego dejarlos ir.
Recordar los infiernos que viví,
despertar y no volver a pisar
esa piedra que torció mi tobillo,
dejándome sentada en el pozo,
donde río de mi suerte
y lloro un niño ese futuro
que pronto llegará.
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