Una araña se asomó
En la punta de mi cama,
De repente, una sensación de escalofrío
Envenenó mi alma.
Tenebrosos remordimientos,
Me tuvieron despierta
Largas horas de madrugada.
La impureza con la que me atravesó,
Hizo de mi una conjunción abrupta
De rencor, dolor,
Pena, frustración,
Pero la que más me inundó fue,
La decepción.
Sola, me quedé con un silencio
Que no supe pronunciar
Y con palabras que,
Una vez más,
Decidí callar
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