martes, 19 de abril de 2016

abril 2016

Sin reservas, ni escudos
Desnuda, sensible
Con mi parte más pura
Tan vulnerable que una sola palabra podría derrumbarme
Tan abierta en este cuerpo del dolor
Que todos se juntan a reclamarme
Para que los sienta
Lejos quedan las barreras
De mi súper yo
Y de toda la estructura
Que me impuse para
Reaccionar ante la vida.
Me debilito y elijo perder un día,
Una posibilidad.
Cierro una puerta
Y me auto flagelo
Atormentándome con pensamientos
De todo lo que podría ser y no es,
De los tiempos, el ritmo.
Quien maneja mis pálidas manos al escribir?
Quien ha sentado mi débil cuerpo en esta silla?
A quien le importa después de todo
Si juego el papel de víctima?
Nadie viene al rescate de todas formas.
Mis palabras comienzan a hacer eco
En mi mente, en mi habitación abandonada,
En los silencios.
Y se van tejiendo como tela de araña,
Ya no veo más allá de la ventana.
Ruido, tanto ruido,
Que me pregunto si un grito podría callarlos?
O quizás salir corriendo? Solo si mis piernas
Me lo permitieran.
Que ironía la vida, tener tantas ganas
Como nunca tuve antes

Y verme tan expuesta ante la obligación de frenarme.

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