Sobre la hierva seca.
Mis pisadas podían escucharse
Retumbar desde lejos en
La oscura penumbra.
Mi paso sigiloso, pero amenazante,
Era fuerte y con su destino bien marcado.
Ellos me saludaban desde los árboles
Secos, mirando con hambre cada
Espacio que me movía hacia adelante.
Aunque tenía la seguridad
De que su festividad era en vano.
No tendrían esta noche el deleite de su cena.
Seguiría fuese como sea para llegar a mi destino.
La noche congelada mis piernas.
En cada caminar mis rodillos y tobillos
Parecían congelarse. Su movilidad
Se entumecia paso a paso.
Sabía que no estaba hecha para la guerra,
Pero hacia allá me dirigía.
Sabía también que antes de llegar
El amanecer, podría sorprenderlos.
Continuará…
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