Este espacio está tan lleno de oscuridad, que solo me
bastaría tres palabras para retirarme y finalizar.
“no doy más”.
Si en la lejanía, perpetuos llantos desconsolados sucediesen
en este instante, más sabrían mis voces qué que lo callo está más allá.
Pero como se le ocurre a la pena de todos los sucesos
ocurridos, quererme comparar, si las palabras no logran expresar tanta miseria
y desigualdad.
Ha habido un daño, uno más que se suma a esta realidad de
protestantes madrugadas llenas de humo y frialdad.
¿En que me convertido?, ¿en qué me has convertido? Pues este
envase que me sostiene, aún no sabe hacia dónde andar.
Miro alrededor y las paredes llenas de colores se traslucen
en blanco y negro. Aún así sigo pensando
¿qué es lo que puedo reparar?...
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