Es un explosivo minado de tormentos,
Que no termina de sorprender, con
Cada golpe hurgado en la misma pena.
Ya no tiene retorno,
No cumple su cuota,
Ni llena el olvido;
Encarnarse en otra piel,
Lastimarse en otras manos,
Saciarse la angustia,
Con deseos vacíos.
Yo no soy, no fui, ni seré...
-Escudo de quién ve un
Herido en la calle y
Sale corriendo-.
Lo hemos dicho todo
No quedó nada para después
Debería degollarte y me petrifico.
Por el solo hecho de no poder despertarte.
No tengo escudo, me has visto
A flor a piel.
Quizás fue ahí, donde me permití
Ceder...
Pero que será de mi,
Convertirme en una piedra,
Enmascararme en sonrisas,
Y por dentro jalarme ese grito
De silencio, que no termina de callar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario